“El
aeropuerto más importante de Turquía, el Ataturk de Estambul, fue sacudido por
un triple atentado suicida que dejó al menos 36 muertos.”
- - Prensa Libre, 28 de Junio de 2016
Y
siguen los atentados terroristas. La guerra no se puede combatir con más guerra,
el fuego no se apaga con más fuego, pero la gente parece que no entenderlo.
¿Atacar a tu propia especie parece algo razonable? Es la peor, la más siniestra
y la más irracional forma de protesta o acción política. Mueren personas
inocentes que no tienen nada que ver con las acciones de los gobiernos y que
motivan el atentado. El terrorista es sádico y despiadado, porque calcula
fríamente el día y la hora en que hará estallar sus bombas, y eso con el fin de
causar el mayor número posible de muertos, como si cuanta más gente muere, o
resulta mutilada, mejores resultados conseguirán. Es una manera de
salvajismo y cobardía repugnante. Pero afirmar que la pobreza es la principal
es una errónea simplificación. No. Son normalmente causas ideológicas,
religiosas, de sentimiento nacional ultrajado, o de grito desesperado de
minorías las que terminan generando esos núcleos clandestinos que practican el
terror. El terrorismo no tiene, y nunca tendrá, justificación alguna.
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